Sin título

Palabras, palabras que expulsan y moldean lo que ocurre en mi interior para transformarlo en algo mucho más tangible; ¿real? Quizás después de todo la postura que señala que si nadie puede dar cuenta de que algo sucedió entonces eso no sucedió está bastante acertada… Si un árbol cae en un bosque y nadie está alrededor para oírlo ¿hizo realmente ruido? ¿Si uno siente y nadie está ahí para sentirlo a uno, realmente siente uno?

El alienado

Oscilan a mí alrededor y se comunican grupos de personas con intereses en común y a la vez disímiles y parezco estar exento de su pútrido juego de dominación. Parece haber similitudes entre mi persona y todos ellos, pero siento que hay algo que no cuadra, algo que me separa de la manada. Ese algo se presenta como las relaciones de dominación. Hay algo en la forma de comportarse de la gente, sus gesticulaciones, su forma de hablar que simple y llanamente los deja expuestos a mi juicio.

Desde siempre el ser humano se ha movido en una dinámica de grupos, pero poder salir de ésta se me presenta como la solución a muchos problemas. Haber podido distanciarme de relaciones que se manejan sobre este eje de dominación es algo que considero destacable cuando menos. Eximirse a uno mismo de ese tipo de relaciones interpersonales y esa lógica a seguir  es algo que empieza por uno, y ya ha empezado por mí.

Mi conclusión es (parece ser a la que siempre llego) rodearse de los que a uno le hacen bien, es decir ¿por qué tener que elegir? Si la elección desde siempre significó dejar algo atrás, si uno no está satisfecho con las opciones ¿por qué se ve forzado a elegir?

Carta de un suicida

Al fin y al cabo la esencia de todo problema filosófico es si la vida vale la pena ser vivida.  No puedo creer, que incluso en momentos como estos, pueda citar orgullosamente a un ser tan despreciable como mi padre.

Y es que hoy finalmente lo he decidido, después de tantas idas y venidas, estoy dispuesto a ver si lo que viene después vale como retribución de todo lo que he tenido que sufrir.

Ya ni el hecho de saber que esto significa una victoria para aquellos individuos de la sociedad que pregonan la supervivencia de los más fuertes, de los más aptos, los darwinistas, los meristócratas, para los que discriminan a los paria, puede siquiera detenerme de tomar esta decisión. El cordón de plata amarronado yace ya preparado y anudado en mi cama.

No tengo mucha experiencia muerto, pero me atrevo a decir que va a ser mejor. Sólo espero no estar equivocado, no volverme a equivocar, no como aquella vez.