vieja concheta

Soy de sacar a  pasear a mi perro a una plaza cerca de mi casa seguido, trato de que sea todos los días.

Mi perro es de tamaño mediano.

He notado que con frecuencia, gente paseando perros pequeños (casi siempre de la correa, no los dejan sin ella), se acobardan ante el acercamiento de un perro de mayor tamaño.

Nótese que son sus paseadores quienes se acobardan, y no los paseados.

Mi primer acercamiento ante éste fenómeno es que, lógicamente, aquellos quienes estaban en compañía de perros chicos, sólo estaban intentando cuidarlos del peligro que pueda representar una pelea entre un pequeño y un mediano o gran perro.

Mi primer acercamiento fue que: la cobardía del paseador era causada por el “peligro” que podía ocasionar una trifulca con un can de mayor tamaño para el minúsculo perro.

Fue cuando me di cuenta que ésta gente tenía una tendencia a victimizarse, ofenderse, incluso, enojarse con los paseadores de perros de tamaño intermedio o considerable, que “irresponsablemente” dejan sin cadenas a sus perros, que cambié de perspectiva el acercamiento al fenómeno.

¿Y si ésta tendencia a atemorizarse, fue lo que desde un principio, hizo que la gente eligiera tener un perro pequeño?

Una excusa para victimizarse.

Así que recuerde, la próxima vez que una vieja concheta, se ofenda y le reclame una disculpa por la insensatez de  dejar sin correa a un perro inofensivo, y la brutalidad de su perro que sólo quiere jugar, no le de con el gusto de pedir perdón, mándela a la mierda.